Si es la primera vez que tienes cistitis, este post no es para ti. Este artículo está enfocado a aquellas que sufrimos de ITU (Infección del Tracto Urinario), o cistitis de repetición.
Qué es la cistitis
Una cistitis es una infección de las paredes de la vejiga, que puede ser de vías bajas (la vejiga) o vías altas (uretras e incluso llegando al riñón).
La cistitis está causada por bacterias patógenas. La más común es la bacteria E. Colli. Estas bacterias pueden llegar a colonizar nuestra vejiga, causando dolor al miccionar, sensación de quemazón, aumento de la frecuencia en la que vamos al baño, y se puede reflejar con fiebre, escalofríos, dolor lumbar, e incluso sangre en la orina. La orina suele ser más turbia.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo que solemos encontrar son el sondado, el síndrome de la luna de miel, el frío, un bañador mojado… pero en concreto las cistitis de repetición no suelen estar desencadenadas por estos factores.
Factores desencadenantes en cistitis de repetición
Estrés
Si hemos tenido cistitis una vez, es posible que volvamos a tenerla, porque es muy difícil matar todas las bacterias causantes. Una de las causas que puede provocar su vuelta es el estrés.
El estrés genera una serie de cambios bioquímicos en nuestro cuerpo. Puede cambiar el PH de nuestra sangre, que tiene un margen muy estrecho. Para conservar este margen, nuestro cuerpo elimina el exceso de ácido que provoca el estrés, y lo elimina por la orina.
En nuestra flora vaginal conviven varias bacterias, y al alterar esta flora cambiamos el escenario y podemos encontrar cambios en nuestro flujo (más olor, distinto color). Facilitamos además enfermedades como la candidiasis y, por supuesto, la cistitis. El riesgo de volver a tener cistitis aumenta entre los últimos días de la ovulación y la semana anterior al período.
Este cambio de PH que te comento también altera al tracto intestinal, y a las bacterias de los intestinos.
Si sumamos el estrés, el cambio de bacterias del tracto intestinal y la alteración de la flora vaginal, tenemos un perfecto caldo de cultivo para que la cistitis vuelva. Si además el estrés no es puntual, sino que es estrés sostenido en el tiempo, es aún más probable, porque baja nuestro sistema inmunológico.
Aumento de peso
El aumento de peso (provocados por mala alimentación, no provocados por problemas hormonales como tiroides) es otro factor que ayuda a que vuelvan las bacterias causantes de la cistitis.
Si en nuestra alimentación abundan los azúcares, refrescos, chucherías, bollería, etc., predisponemos nuestro cuerpo a volver a tener cistitis, ya que la bacteria E Colli vive en el intestino, y como decía antes es muy difícil erradicarla del todo, por ello cuando tomamos grandes cantidades de azúcar damos rienda suelta al crecimiento bacteriano y si tenemos cepas patógenas (como en su caso la E Colli) crecerán también.
Además al metabolizar estos azúcares alteramos también el PH de nuestro cuerpo, y cambiamos nuestra flora intestinal y vaginal, aumentando así la posibilidad de que aparezca candidiasis vaginal.
Problemas alimentarios
Las intolerancias alimentarias (intolerancias al gluten o la lactosa, por ejemplo) tienen más asociadas problemas de infecciones de orina. Las personas con intolerancias suelen tener inflamado el intestino, y por ello su flora intestinal suele estar alterada también. Esa inflamación genera diarrea y meteorismo, y al estar tan cerca la uretra del año, suele haber más probabilidad de reinfección.
Tratamiento
En la primera cistitis, suelen recetarnos antibióticos, desde una toma de 24 horas hasta de tres tomas, incluso de una semana, con distintos principios activos.
Pero tratar con antibióticos todas las cistitis, en el caso de las recurrentes, predispone nuestro cuerpo a seguir teniéndola, porque el antibiótico no solo mata las bacterias malas, también mata bacterias buenas, que son las que nos podrían proteger en posibles infecciones futuras.
Normalmente los antibióticos que dan en la primera cistitis es de amplio espectro, y eliminan un abanico mayor de bacterias que otros que son más específicos, interfiriendo en nuestra flora intestinal y vaginal.
Como ya hemos comentado, al alterar nuestra flora, abrimos la puerta para que otras bacterias tengan lugar, y tenemos menos barreras para defendernos de futuras infecciones.
A veces, por comodidad, nos tomamos una dosis de 24 horas por no tomarnos un tratamiento semanal, pero esta dosis es una “bomba” para nuestro cuerpo, y eliminamos bacterias buenas de un plumazo.
No estoy en contra de los antibióticos ni de los tratamientos farmacológicos, por supuesto, pero la gravedad de la cistitis puede evitarse en el primer estadio aplicando una buena prevención y una serie de medidas en los primeros síntomas.
Tips para la prevención y tratamiento temprano para la cistitis
1 Mucho agua
Cuando empieces a notar los primeros síntomas de la cistitis, aumenta el nivel de agua que bebes diariamente. Al beber agua, limpiamos nuestro sistema de drenaje (uretra, riñones…). Hacemos así una limpieza intensiva, incluyendo bacterias.
2 Arándanos rojos y vitamina C
Durante estos días y como tratamiento posterior, tomaremos una cápsula por la mañana y otra por la noche de arándano rojo.
260mg de proantocianidinas de arándanos rojos, y entre 60 y 80 mg de vitamina C. Es importante no tomar zumo, y tomar los concentrados en cápsulas, porque los zumos llevan azúcares añadidos, incluso si son azúcares contenidos en la fruta naturalmente, y como he comentado anteriormente, los azúcares alteran el PH favoreciendo estas bacterias.
Si tienes cistitis recurrente y notas que siempre aparece antes de la menstruación, te recomiendo que comiences a tomar estos suplementos en esos días, incluso sin síntomas, para evitar la aparición de la cistitis.
La bacteria de la cistitis tiene una morfología de doble gancho que se engancha a la pared de nuestra vejiga, y por ello es difícil erradicarla del todo y vuelve a aparecer. Las proantocianidinas que contiene el arándano rojo alteran la pared y la mucosa vaginal, haciéndola poco amigable para estas bacterias, haciéndolas desengancharse.
La vitamina C provocará algo similar: aumentará el ácido de nuestra mucosa, creando un escenario poco cómodo para las bacterias, especialmente la E. Coli. (Si sufres candidiasis, evita la vitamina C, porque aunque hagamos el escenario más incómodo para la E. Coli, l hacemos más cómodo para la Cándida).
3 Alimentos a evitar
Evita todos los alimentos azucarados, incluso salsas y alimentos preparados. Mira las listas de ingredientes y no compres nada con azúcar, jarabe de glucosa, malta, malteado… (Recuerda que a mayor azúcares, mayor proliferación bacteriana).
Tampoco debes tomar cafeína, teína, picante (tabasco, pimienta, pimentón…). Estos tipos de extractos se eliminan vía urinaria, y nos irritará la zona, por lo que si tenemos ya la molestia de la cistitis, estos alimentos aumentarán las molestias.
Reduce también lácteos, las harinas blancas, la carne roja y el alcohol, ya que no son nada digestivos (pudiendo “molestar al intestino).
La cistitis en la Medicina Tradicional China
En la Medicina Tradicional China, la cistitis el diagnóstico está relacionado con calor-humedad.
Las bacterias proliferan mejor en medios húmedos y calientes.
Por esta razón, las mujeres tenemos más posibilidades de la cistitis durante la ovulación, porque nuestra temperatura suele aumentar un grado. También aumentan los casos de cistitis en verano, y con ropas sintéticas y ajustadas. Las sensaciones de humedad también facilitan la cistitis, como el bañador mojado.
Los alimentos Yang (alimentos que generan calor, como por ejemplo el alcohol o la carne roja) aumentan el calor y la humedad corporal, por lo que si reducimos estos alimentos evitaremos volver a contraer la cistitis.
Algunos de los alimentos que generan humedad son los lácteos, los azúcares y los alimentos con harinas refinadas, especialmente el pan de molde blanco.
Los alimentos principales en una dieta común que generan calor son el alcohol, la carne roja y los picantes.
En la MTC están descritas este tipo de infecciones, por un aumento de calor en la zona intestinal, tanto delgado como grueso, que están asociados a su vez al corazón y al pulmón.
El intestino delgado está asociado al corazón, que según la MTC puede sufrir más calor en un momento de nerviosismo, estrés, shock emocional…
El intestino grueso está asociado al pulmón, que puede sufrir más calor por agotamiento, cambios bruscos de tiempo, resfriados…
¡Así que como ves, todo está relacionado!
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¡Espero que con estas recomendaciones evites la cistitis recurrente, o al menos puedas reducir esos síntomas tan terribles que nos provocan!