TIEMPO
60 MINUTOS
RACIONES
12 (según molde)
DIFICULTAD
FÁCIL
RECOMENDADA PARA
BAZO
INGREDIENTES
Una cucharada de aceite de oliva virgen extra
Una taza de harina integral de trigo (o de otra harina, por ejemplo de amaranto)
Dos huevos
1 yogur natural desnatado o 100 g de queso batido 0%MG
1/2 taza de azúcar moreno (también se puede hacer sin azúcar con stevia líquida)
2 zanahorias bien picadas
1 puñado de arándanos rojos desecados o pasas
Una cucharadita de levadura en polvo
Una cucharadita de canela en polvo
Una pizca de nuez moscada rallada
Un cuarto de cucharadita de sal
Un molde rectangular de 1 litro.
PREPARACIÓN
1 En un bol batimos los huevos, le incorporamos el aceite, después el yogur (yo usé queso batido queda muy bien!), lo podéis batir con varilla de mano. Vamos precalentando el horno a 200 ºC.
2 Lavar y picar las zanahorias (yo usé una picadora, pero sirve cualquier rallador) y reservar.
3 Incorporar a la mezcla la harina, el azúcar, la levadura, las especias y la sal.
4 Troceamos los arándanos y guardamos unos 10 sin trocear.
5 Incorporamos a la mezcla la zanahoria y los arándanos.
Ponemos la mezcla en un molde (yo usé uno rectangular de silicona, así no hay que engrasarlo!). Ponemos los arándanos sin trocear arriba para que se vean.
6 Ponemos a media altura, con calor de arriba y abajo del horno, durante 45 minutos a 180ºC. Comprobar con un palillo que salga limpio.
¿Sabías que...?
La zanahoria se ha usado en pasteles dulces desde la Edad Media, época en la que los endulzantes eran escasos y caros, mientras la zanahoria, que contiene más azúcar que cualquier otra verdura a excepción de la remolacha azucarera, era mucho más fácil de encontrar, por lo que se usaba para elaborar postres dulces. Su apogeo surgió en EEUU a principios de los años 1960. Su gran aceptación hizo que se convirtieran en un postre habitual.