El Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó la semana pasada una sentencia que establece que solo se puede utilizar el término «leche» en referencia a la leche de origen animal, así como todo lo relativo a los lácteos: leche, nata, mantequilla, queso, yogur… no pueden utilizarse en productos que no lleven productos derivados de leche animal.
Origen del problema
Aunque el origen de esta sentencia ha sido una demanda de Verband Sozialez Wettbewerb (Alemania) contra TofuTown, la realidad es que es un golpe a toda la industria de bebidas vegetales y derivados, que muestra que la industria láctea se siente muy atacada por éstas.
La industria de lácteos es muy potente, y nos ha hecho creer que la única forma de tomar calcio es a través de la leche y los productos lácteos. Gracias a los avances en investigación, sabemos que esto no es así. Podemos aumentar nuestra absorción de calcio entre otras cosas reduciendo el consumo de carnes y refrescos, y tomando alimentos naturales ricos en calcios.
La soja, producto controvertido
Las bebidas vegetales al principio estaban destinados a una pequeña minoría. El consumo de soja se disparó porque a nivel económico EEUU, Argentina y Brasil, que son los mayores productores de soja, tuvieron un gran excedente de este producto. La soja se usa para alimentar al ganado y como biocombustible. Estos países lanzaron todos los productos de soja y los promovieron para liquidar este excedente. Los productos de soja han cambiado mucho desde entonces, son más interesantes a nivel organoléptico, aunque la planta de la soja sigue siendo la misma.
No obstante, es un producto controvertido: la soja producida en EEUU, Argentina y Brasil es soja transgénica, y hay muchos influyentes a nivel económico en su producción. Además, aunque la soja tiene propiedades positivas, como que a nivel hormonal ayuda a mejorar la menopausia, etc, también, al tener propiedades hormonales, pueden tener un papel negativo en tratamientos de cáncer de mama, de ovarios o enfermedades de tiroides.
Mercado en aumento
Pero en relación con otras bebidas vegetales, la bebida de soja era un producto de consumo muy raro, utilizado solo por intolerantes o veganos. Ahora se han mejorado las calidades, han bajado los azúcares que se le añaden a estas bebidas, y han provocado que estas bebidas sustituyan a la leche. Muchas personas han experimentado que sustituyendo la leche animal, se encuentran mejor, reducen los gases y ha visto un aumento de calidad digestiva. Se ha extendido su uso a nivel terapéutico, superando el nivel únicamente ideológico o sobre gustos. Se ha visto en los últimos años una gran evolución en productos sustitutivos a los lácteos: leche sin lactosa, yogures sin lactosa, yogures de soja, bebidas de avena, de avellana, de coco, de arroz…
La nueva sentencia
Como comentaba al principio, la industria láctea siempre ha sido muy poderosa, y se ha visto amenazada. Hasta tal punto que han denunciado que estas bebidas y productos no deben denominarse “leche de” o “yogur de”, ya que estas denominaciones están totalmente relacionadas con los lácteos. La sentencia del TJUE que se acaba de aprobar prohíbe a las empresas productoras de bebidas vegetales utilizar en sus productos las palabras leche, queso, yogur, mantequilla…
Esta ley lo que intenta es demostrar que no es comparable la leche con una bebida vegetal. “No puedes llamar leche a algo que no es leche”. Pero el verdadero problema es que se está empezando a cuestionar la necesidad de la leche y lácteos durante toda nuestra vida. Las bebidas vegetales están suplementadas con calcio y vitamina D, que es exactamente lo mismo que la leche normal nos proporciona.
Confusión entre los consumidores
Cuando cogemos un tetrabrik de leche normal, UHT, pensamos que es leche, que proviene de la vaca y se ha esterilizado. Tenemos una idea «idealista» de este proceso. La leche pasteurizada, que se vende como Leche Fresca en las neveras de los supermercados, sí proviene directa de la vaca.
El resto de leches, las consumidas por la gran mayoría de la gente, son fórmulas lácteas reconstruidas: a la leche original se le extrae el agua. El extracto seco se acumula en polvo (ocupa menos espacio y resulta más económico), y posteriormente se reconstruye la materia grasa (en distintas cantidades para crear la leche desnatada y semidesnatada), y se extraen las cantidades de calcio y vitaminas, para volverlas a poner, añadiendo agua para que sea líquida, o, en el caso de leche en polvo, otros elementos, para que llegue como producto final consumible.
El calcio se lo extraen en el primer proceso y se le añaden en el proceso de envasado, lo que reduce la absorción que el cuerpo puede realizar.
Nuevos retos
Muchas marcas lácteas ya han visto esta competencia y ya están lanzando sus propios productos vegetales. Danone tiene una línea de yogures de soja, sin ir más lejos.
Sin duda alguna esta sentencia va a marcar un antes y un después tanto para la industria láctea como para los productos de origen vegetal, pero la tendencia de eliminar los lácteos de nuestra dieta no hace más que aumentar.